Los edificios y viviendas son la principal fuente de consumo de energía en la Unión Europea (UE) y responsables del 36% de las emisiones de CO2. Algo que sitúa la necesidad de mejorar la eficiencia energética de los mismos como algo fundamental para la transición energética.
Ahora bien, ¿cómo se puede abordar esta mejora de la eficiencia energética y la descarbonización en edificios y hogares para cumplir con los objetivos climáticos de la UE para 2030? En particular, en lo que a sistemas de calefacción se refiere, al representar en torno al 60% del consumo de energía de un edificio.
El sector de la calefacción aboga por llevar a cabo medidas de eficiencia energéticas basadas en la rehabilitación de viviendas y el uso de los gases renovables, como el biometano, en los sistemas de calefacción.
Por su parte, asociaciones como Sedigas (Asociación Española del Gas), CONAIF (Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos), FEGECA (Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor) y AMASCAL (Asociación de Distribuidores, Mayoristas y Almacenistas de Climatización, Saneamiento y ACS) coinciden en que el desarrollo y utilización de los gases renovables resultará imprescindible para alcanzar los objetivos climáticos. Estos tienen la capacidad de potenciar la economía circular a partir de las infraestructuras existentes, sin necesidad de realizar nuevas inversiones para sustituir el equipamiento de los edificios y hogares.
El proceso de descarbonización del sector de la edificación debe llevarse a cabo teniendo en cuenta la diversidad del parque de viviendas, donde no todas están preparadas técnicamente para la instalación de nuevos sistemas de calefacción, ni asumir el gasto que ello supondría.
Por lo tanto, la electrificación no puede ser la única vía. Los gases renovables se suman a este objetivo, aportando una producción continua y estable, que, en el caso por ejemplo del biometano, son ya una realidad técnica y económica.
Biometano como sustituto del gas natural en la calefacción
El biometano es un gas renovable con unas características similares a las del gas natural de origen fósil, lo que permite su uso utilizando las mismas infraestructuras, tanto en el transporte y distribución (red gasista), como en los sistemas instalados en edificios y hogares.
Es decir, las instalaciones existentes son 100% compatibles con el biometano y esto supone una importante ventaja a la hora de tomar medidas inmediatas de eficiencia energética en el parque de edificios y viviendas.
En España existe un parque de viviendas de 25,7 millones, de las que, casi el 50% del total, necesitan ser rehabilitadas. Además, el 87% de dichas edificaciones son de antes del 2007, año de la publicación del actual Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).
Esto implica que sus instalaciones térmicas necesitarán una renovación por otros equipos más eficientes e incorporar nuevas tecnologías.
En vista de esto, las medidas de actuación propuestas comienzan por la aceleración del reemplazo de los equipos de calefacción, tanto individuales como colectivos, de más de 10 años o de baja eficiencia energética.
También se proponen medidas para la descentralización de las calefacciones que no sean eficientes, el aprovechamiento de los fondos Next Generation para la rehabilitación o la instalación de sistemas de control y automatización de instalaciones existentes y la aplicación de desgravaciones fiscales y un IVA reducido para las nuevas tecnologías de alta eficiencia energética.
El llamamiento del sector de la calefacción sobre poner en marcha medidas de eficiencia energéticas basadas en la rehabilitación de viviendas y el uso de los gases renovables, coincide con la revisión del Reglamento de diseño ecológico de aparatos de calefacción y calefactores combinados por parte de la Comisión Europea, así como con la nueva Directiva de eficiencia energética en edificios, donde se reconoce a las calderas certificadas para funcionar con gases renovables como el biometano. Estos actuarían como vectores energéticos para la sostenibilidad.
La oportunidad de España para convertirse en hub europeo de biometano
El potencial de España para la producción de biometano, gracias, en gran medida, al desarrollo del sector agropecuario y agroalimentario que garantiza la disponibilidad de residuos orgánicos, junto al aporte de residuos sólidos urbanos (RSU) y lodos de depuradora, ofrece la oportunidad al país de convertirse en un hub de biometano a nivel europeo. Más aún, teniendo en cuenta la amplia red gasista existente que puede ser usada por este gas renovable.
España puede establecer unos objetivos de producción de biometano equivalentes a, al menos, el 10% del consumo de gas natural. Algo que defendió Sedigas en su recomendación sobre la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)
Esto permitiría la descarbonización de hasta un tercio de la demanda total de gas (137 TWh) y se evitaría la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano.
El biometano es un gas renovable con posibilidades de desarrollo en sectores de difícil descarbonización y permite el aprovechamiento de los residuos orgánicos, solucionando los problemas asociados a su gestión e impulsando la economía circular.
En el caso de los sistemas de calefacción y la eficiencia energética de edificios, este gas renovable puede utilizarse en viviendas que ya cuenten con una instalación de gas tradicional en funcionamiento. Y esto es algo que, sin duda, facilita la descarbonización del sector de la edificación, haciéndola técnica y económicamente asequible, así como inmediata.
Si quieres conocer el potencial para la producción de biometano a partir de la gestión de los residuos orgánicos generados en tu industria, puedes hacer uso de la siguiente herramienta que ponemos a tu disposición: