En un contexto mundial en el que la sostenibilidad y la autonomía energética se han convertido en prioridades fundamentales, el biometano se ha situado como una solución clave para España.
Este gas renovable no solo ofrece un potencial intrínseco como fuente de energía limpia y autónoma, sino que también tiene implicaciones positivas para la economía y el medio ambiente del país.
En la búsqueda de una transición energética rápida y eficiente, es importante tener en cuenta que la electrificación por sí sola no es suficiente. Sectores como la producción de calor y el transporte pesado requieren de soluciones energéticas versátiles y el biometano es una de ellas.
Este gas renovable actúa como un sustituto del gas natural fósil, lo que contribuye a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Su fácil integración en la infraestructura gasista ya existente en España optimiza las inversiones necesarias para su implementación y desarrollo.
Además, su producción a partir de residuos orgánicos permite reducir las emisiones que, de otro modo, se liberarían directamente a la atmósfera, y la gestión sostenible de estos desechos. Lo que contribuye al desarrollo de la economía circular.
El potencial productivo del biometano en España
España cuenta con un alto potencial productivo de biometano.
Según el informe “Estudio de la capacidad de producción de biometano en España”, elaborado por Sedigas, se estima que el país tiene una capacidad de producción de hasta 163 TWh/año, lo que permitiría cubrir aproximadamente el 45% de la demanda de gas natural.
No obstante, a pesar de este potencial, la producción actual de biometano en España representa apenas un 0,1% de la demanda nacional.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece un objetivo de producción de 20 TWh de biogás para 2030, pero este objetivo ha sido considerado poco ambicioso por el sector. Se considera que, para alcanzar un potencial sostenible de producción de biometano en España, se debería aspirar a producir un mínimo de 35 TWh de biometano en 2030. Y para ello, es necesario promover un desarrollo y adopción a nivel nacional que permita aprovechar plenamente las ventajas de este gas renovable.
El desarrollo del biometano en España no solo supone un impacto medioambiental significativo en cuanto a reducción de emisiones y gestión de residuos, sino también un impacto socioeconómico.
Un mayor desarrollo de este sector puede generar empleo, tanto directo como indirecto.
Según cifras de Sedigas, el desarrollo pleno del sector del biometano podría generar más de 20.000 empleos directos y 40.000 empleos indirectos. Además, la construcción de plantas de biometano podría agregar otros 35.000 empleos directos y hasta 465.000 empleos indirectos.
Estas cifras demuestran el potencial económico y empleabilidad de este sector, así como su capacidad para impulsar el desarrollo regional.
Otro sector clave al que afecta el desarrollo del biometano es el del transporte, responsable del 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El biometano puede desempeñar un papel importante en la movilidad sostenible al ser utilizado como biocombustible en vehículos propulsados con gas natural comprimido (GNC), reduciendo así las emisiones del sector.
En este sentido, en los últimos dos años, España ha liderado el crecimiento en la cuota de matriculaciones de autobuses y camiones GNC/GNL en Europa, con un incremento del 23% y el 4,6% respectivamente, según se puso de manifiesto en el Green Gas Mobility Summit 23. Un porcentaje de vehículos que podrían empezar a utilizar biometano como biocombustible (bio-GNC o bio-GNL) si España desarrolla su potencial de producción.
Además de la producción de este gas renovable, también hay que tener en cuenta el aprovechamiento de los digestatos como productos de valor agronómico. El uso de estos digestatos sirve para promover el desarrollo de sistemas de fertilización sostenibles, la captura de carbono orgánico y reducir la dependencia de fertilizantes minerales.
Barreras y desafíos en la implementación del biometano en España
Aunque el biometano tiene un gran potencial en España, su implementación se ha visto obstaculizada por barreras administrativas y regulatorias.
A pesar de los avances en la Hoja de Ruta del Biogás y la introducción de objetivos del biometano en el PNIEC, es necesario un mayor impulso para acelerar su desarrollo.
La consolidación del Sistema de Garantías de Origen y la agilización de los procesos de permisos son pasos positivos, pero se requiere de un marco regulatorio más ambicioso y favorable para el despliegue del biometano.
Este no puede depender únicamente de los actores privados o de iniciativas individuales. Es fundamental que el sector público facilite un marco regulatorio favorable y apoye activamente la investigación, el desarrollo y la inversión.
También es importante contar con el apoyo de la industria agroalimentaria, como garantía para el suministro de la materia prima necesaria y la aplicación local de los digestatos.
Por tanto, la colaboración entre el sector público y privado es esencial para impulsar el desarrollo de este gas renovable y lograr los objetivos de producción y uso sostenible en España.
El potencial de España en la producción sostenible de biometano es significativo. Este gas renovable ofrece una solución versátil y limpia para satisfacer las necesidades energéticas de diversos sectores, además de suponer un impacto socioeconómico positivo, generando empleo y promoviendo la economía circular.
Para aprovechar plenamente sus beneficios, es necesario superar las barreras regulatorias y fomentar la colaboración entre el sector público y privado. El biometano tiene el potencial de impulsar la transición hacia una energía más limpia y sostenible en España, y es hora de actuar con determinación y visión de futuro.
Si quieres conocer el potencial para la producción de biometano a partir de los residuos orgánicos generados en tu empresa, puedes hacer uso de la siguiente herramienta que ponemos a tu disposición: